Impacto vertical e integridad de la musculatura en Trail Running

👉 Reducir los impactos cuando corremos se ha asociado a un menor riesgo de lesiones por sobreuso. Además, en Trail Running, en mayor medida cuanto mayor es la distancia de la prueba, atenuar esos impactos -especialmente en las bajadas- se transforma en un objetivo de rendimiento, dado que preservar la musculatura puede convertirse en un factor clave para que nuestro ritmo de carrera decaiga en menor medida en la segunda parte o el tercio final de la prueba. De ahí que hace ya algún tiempo, un grupo de investigadores encabezado por el francés Guillaume Millet hipotetizase que una de las estrategias con las que podía conseguirse dicho objetivo era con el uso de calzado más amortiguado. De hecho, estos autores sostenían que su utilización podía valer la pena aún asumiendo un cierto perjuicio en la economía de carrera.

¿Cambia el tipo de pisada y el impacto vertical en función del tipo de zapatillas que llevemos cuando corremos en subida y en bajada?

👉 Hasta el momento, la mayoría de estudios que habían analizado la relación entre el tipo de calzado (maximalista vs minimalista), el tipo de pisada y el impacto vertical lo habían hecho en llano, y quiénes habían utilizado subida o bajada lo habían hecho a una pendiente fija y en tapiz rodante. De ahí que este artículo, publicado por un grupo de investigadores hongkoneses, suponga una aportación relevante a este campo de conocimiento en el que sin duda aún quedan muchas preguntas por responder. En dicho trabajo los autores estudiaron a un grupo de 18 corredores de Trail (9 hombres y 9 mujeres) que en llano pisaban habitualmente (>90%) de retropié (con un ángulo de contacto >8º).

Los corredores completaron con dos modelos diferentes de zapatillas (Newton Running MV2 / Hoka One One Clifton 3) tres sesiones de entrenamiento (una en llano, una en subida y otra en bajada) en montaña. En cada sesión realizaron 5 repeticiones a su ritmo habitual de carrera de un tramo de 75 m (llano) o 50 m (subida y bajada). El tramo de subida y bajada tenía una pendiente media del 26% (con un rango que oscilaba entre el 14% y el 48%). Evidentemente, se trata de un modelo experimental alejado de la realidad de una carrera por montaña (se estudió cada tramo por separado, en distancias muy cortas y sin poder valorar el efecto de la fatiga); no obstante, como decía antes, creo que se trata de un estudio a tener en cuenta a la hora de aconsejar o tomar decisiones en relación a las zapatillas de Trail Running.

 

Fuente: Shiwei et al., 2020 (doi: 10.1080/17461391.2020.1738559)

 

🎯 Pues bien, los resultados de este trabajo nos muestran que no hubo diferencias ni en subida, ni en llano ni en bajada en el tipo de pisada que adoptaron los corredores ni en el pico de impacto tibial cuando llevaron unas u otras zapatillas. Algunos estudios (aunque no existe desde luego un consenso al respecto) han sugerido que en corredores talonadores el cambio a unas zapatillas con menor drop y un perfil más bajo pueden desencadenar la adopción de una pisada más anteriorizada. Como efecto agudo, los resultados de este estudio no corroboran este planteamiento, aunque obviamente esto no implica que sí puedan conseguir este efecto como parte de una intervención de un reeduación del patrón de carrera. En cualquier caso, tampoco está claro que una pisada más anteriorizada deba ser siempre el objetivo a conseguir en corredores que contactan de retropié. Futuros estudios, junto a la evidencia empírica que hoy en día podemos obtener gracias a la monitorización y análisis de la carga mecánica, deberán aportar luz a este tema que por el momento sigue teniendo muchos claroscuros.

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