❗️❗️ Antes de comenzar mi alegato, debo confesar mis conflictos de interés. El primero y más obvio es que trabajo en una Unidad de Salud Deportiva (Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre), en la que mi principal cometido es la realización de pruebas de esfuerzo. Y en segundo lugar, confieso que me encanta la Fisiología del Ejercicio y que intento siempre «exprimirle todo el jugo» posible a los datos que pueden obtenerse de una ergoespirometría. Por otra parte, y siendo lógicos con el título del post, queda excluida de la argumentación la parte médica de la prueba de esfuerzo (despistaje de patologias cardiacas, respuesta tensional al esfuerzo,…), cuya importancia creo que está fuera de todo debate y que además no me compete profesionalmente.

Así pues, ¿qué pueden aportarnos de cara a mejorar el proceso de entrenamiento de un deportista los datos que obtenemos en una prueba de esfuerzo con análisis de gases?

👉 Con la llegada del «entrenamiento por potencia» a la carrera a pie, el concepto de FTP, que antaño utilizaban fundamentalmente los ciclistas, cada vez es utilizado por más corredores y entrenadores. Existen diferentes protocolos de test para determinarlo, pero diría que actualmente el más utilizado es la realización de dos esfuerzos máximos de 3 y 10 minutos, a partir de los cuales se obtiene (sumando la potencia media registrada en cada uno de ellos, dividiendo la resultante por dos y multiplicándola por 0’90) ese valor que teoricamente se vincula con el segundo umbral ventilatorio (que a partir de ahora denominaremos umbral anaeróbico, por familiaridad con el término, y a pesar de la imprecisión fisiológica que ello implica). Alternativamente, plataformas como Training Peaks, Golden Cheetah o WKO -entre otras-, gracias al análisis de los datos registrados por el deportista en sus entrenamientos y el modelado de la relación entre potencia media y tiempo de esfuerzo, permiten calcular (y sobre todo actualizar constantemente) el dato de FTP. Así pues, nos encontramos con dos grandes ventajas respecto al dato del umbral anaeróbico que podemos obtener en una prueba de esfuerzo: accesibilidad y actualización.

Análisis de gases espirados en una prueba de esfuerzo

✔️ Sin embargo, de una prueba de esfuerzo podemos obtener información muy valiosa más allá de conocer a qué velocidad o a qué watios, en este caso, tiene un deportista su umbral anaeróbico. En primer lugar, gracias a la monitorización de la producción de dioxido de carbono y el consumo de oxígeno, y de la relación entre ambos (cociente de intercambio respiratorio, RER), podemos conocer en qué porcentaje está utilizando el deportista su metabolismo lipídico (grasas) y su metabolismo glucolítico (hidratos de carbono) en función de la intensidad del esfuerzo. Y éste es un dato clave si el deportista va a enfrentarse a una prueba de larga distancia (más de 1h30′ de duración), ya que los depósitos de glucógeno en el organismo son finitos (se estima que podemos llegar a almacenar entre el higado y la musculatura un máximo de 500-600 gramos), y es precísamente esta vía metabolica la que nos ofrece mayor potencia calórica (energia por unidad de tiempo). De hecho, en un estudio que publicamos recientemente, dentro del proyecto Penyagolosa Trails Saludable Women, mostramos cómo el pico de oxidación lipídica (máxima cantidad de grasa que somos capaces de utilizar como sustrato energético en una prueba de esfuerzo) constituía un factor de rendimiento independiente en una carrera de ultratrail.

✔️ En segundo lugar, una prueba de esfuerzo nos ofrece una oportunidad única para valorar cómo responde el patrón ventilatorio (frecuencia respiratoria y volumen tidal) de un corredor según se acerca y sobrepasa el primer y sgeundo umbral. Igual que sucede en el patrón biomecánico de carrera con la amplitud y la frecuencia de zancada, en el patrón respiratorio existe un punto de encuentro en el que logramos que la relación entre volumen tidal y frecuencia respiratoria sea óptima. Continuando con el símil, cuando observamos un corredor con una amplitud de zancada excesiva para su altura y ritmo de carrera, casi intuitívamente llevamos la mirada al contacto del pie con el suelo (para comprobar si talonea) y a la distancia entre ese punto de contacto y la proyección de su centro de gravedad (para valorar el grado de overstriding). Pues bien, cuando un corredor a medida que aumenta la intensidad de esfuerzo, especialmente una vez que supera el segundo umbral ventilatorio, muestra una dependencia excesiva de la frecuencia respiratoria para lograr aumentar el volumen espiratorio, es sintomático de que su musculatura inspiratoria no está suficientemente entrenada, y que por tanto podrá beneficiarse enormemente de incorporar el entrenamiento respiratorio en su planificación.

☝️ En tercer lugar, de una prueba de esfuerzo obtenemos no solo el umbral anaeróbico (que teóricamente es el valor al que se asocia el FTP), sino también el umbral aerobico (primer umbral ventilatorio). ¿Y qué importancia tiene esto? Pues no poca en relación al establecimiento de las zonas de entrenamiento de un deportista, ya que hacerlo en base a porcentajes de una única variable (el FTP) supone asumir que todos los deportistas tienen su umbral aeróbico a un mismo porcentaje de su umbral anaeróbico, asunción que es rotúndamente falsa. Y este error, podría llevarnos, por ejemplo, a una incorrecta aplicación del entrenamiento polarizado, una de las aproximaciones metodológicas más utilizadas actualmente en la planificación de las cargas de entrenamiento en deportistas de fondo y ultrafondo. Por eso, hacerse una prueba de esfuerzo con nuestro Stryd puesto en la zapatilla es una magnífica manera de conocer en cuantos watios tenemos nuestro umbral aeróbico y poder utilizar luego ese dato para programar con mayor precisión los rodajes sub VT1.

Estas son las razones que para mi justifican que la prueba de esfuerzo tenga una papel relevante dentro de la batería de evaluaciones que un deportista puede realizarse a lo largo de la temporada; lo cual no significa, por supuesto, que defienda que no haya supuesto un enorme avance (de hecho creo que es innegable) el advenimiento de los potenciómetros, así como de las plataformas de seguimiento y análisis (Training Peaks, WKO, Golden Cheetah,…) en la programación y el control del entrenamiento del corredor de fondo y ultrafondo.

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