En una entrada anterior ya hablamos de la importancia de la oxidación de grasas en deportes de resistencia de larga duración, como el Triatlón en distancia Ironman o las carreras de Ultratrail, como evidenciamos en una artículo que publicamos el pasado año.

☝️ Pues bien, hace apenas mes y medio, el 27 de febrero concretamente, ha visto la luz un interesante trabajo realizado por un grupo de investigadores españoles (entre los que figuran algunos de los más prolíficos y también más prolijos en nuestra área, como Juan del Coso o Francisco J. Amaro-Gahete) que de algún modo intenta dar respuesta a la pregunta que planteamos en esta entrada.

✍️ Una revisión anterior, publicada en la misma revista (Nutrients), había concluido que la ingesta aguda de cafeína, precedida de una periodo de ayuno, era capaz de aumentar el ratio de oxidación de grasas durante un esfuerzo de intensidad submáxima; destacando además que existía un relación dosis-respuesta (eran necesarios más de 3 mg/kg peso corporal para generar un cambio significativo) y que su efecto era mayor en deportistas de menor nivel. Al mismo tiempo, otros trabajos han sugerido también que solo la creencia de haber tomado cafeína, sin haberla ingerido en realidad, es capaz de mejorar el rendimiento, de modo que sus efectos ergogénicos serían una suma de sus efectos farmacológicos y su efecto placebo.

 

🧐 Dado este contexto, los autores utilizaron un impecable diseño experimental en el que 12 participantes (deportistas recreacionales, VO2max: 56.2 ± 7.7 mL/kg/min, y con un bajo consumo diario de cafeína) fueron sometidos a tres condiciones experimentales. En todas ellas realizaron el siguiente test incremental en cicloergómetro: 10 min de calentamiento al 30% del VO2max (medido en una sesión preliminar) e incrementos del 10% del VO2max en escalones de 3 min de duración (hasta alcanzar un cociente de intercambio respiratorio de 1, a partir del cual ya dejamos de oxidar grasas). Se controló la actividad física, alimentación e hidratación de los participantes el día previo a los test, que se llevaron a cabo siempre con un mínimo de 8 horas de ayuno. En las dos primeras visitas, aleatoriamente y con metodología de doble ciego, se dio a los sujetos una cápsula con 3 mg de cafeína o placebo 1h antes del test.  Para la tercera visita, se contactó con los participantes y se les hizo creer que el test que habían realizado habiendo ingerido cafeína no se había registrado correctamente y se les pidió si podían repetirlo, de este modo se generó una condición de engaño: los deportistas creyeron que iban a realizar de nuevo el test tomando antes cafeína, cuando en realidad se les administró una dosis de placebo.

 

 

Entre los resultados del estudio, destacan los siguientes:

  • Considerandos las dos primeras condiciones (en las que los participantes no sabían qué ingerían antes del test), solo 5 de los 12 deportistas acertaron que día habían tomado cafeína.
  • Comparativamente con la condición placebo, la condición cafeína real y la condición cafeína informada generaron un aumento en la oxidación de grasas al 30, 40, 50 y 60% del VO2max, sin que hubiese diferencias entre estos dos grupos (figura izquierda).
  • Comparativamente con la condición placebo, en la condición cafeína real y la condición cafeína informada los deportistas alcanzaron un pico de oxidación lipídica significativamente mayor, sin que hubiese diferencias entre estos dos grupos (figura derecha).
  • No hubo diferencias entre grupos en el porcentaje del VO2max donde se situó el pico de oxidación lipídica.

 

👉 Este trabajo abre sin duda una interesante puerta en relación al efecto que son capaces de generar las expectativas sobre procesos que tradicionalmente hemos considerado menos influenciables por la sugestión, como en este caso la regulación de la oxidación de sustratos energéticos en esfuerzo. No obstante, como ya señalan los propios autores, conviene tener en cuenta algunas limitaciones del estudio.

❗️ Entre otras, la adición de análisis de concentración de glicerol y ácidos grasos en sangre o de oxigenación muscular durante el esfuerzo en futuros estudios podría ayudar a conocer la etiología de los resultados encontrados; por otra parte, falta saber si estos hallazgos suceden de modo similar en deportistas más entrenados (donde sabemos que el efecto de la cafeína sobre la oxidación de grasas es menor) así como en las personas más habituadas a esta sustancia. Como curiosidad, en nuestro estudio de Penyagolosa Trails (en el que los corredores fueron testados en ayunas de >6 horas y sin haber ingerido cafeína), el promedio del pico de oxidación lipídica fue 0.69 ± 0.25 g/min, frente a 0.44 ± 0.22 g/min en el presente estudio. Igualmente, el Fatmax (porcentaje del VO2max donde se sitúa el pico de oxidación lipídica) en nuestro estudio fue 64.3 ± 9.4, frente a 44.2 ± 9% VO2max en el presente estudio.

 

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